Roberto Perfumo (Olé, edición de hoy):
«Durante el partido de Gimnasia LP contra Vélez, me vino a la memoria la increíble sensación de aguante, ese clima de aliento incondicional que transmite la hinchada tripera en el Bosque. Dirigí al Lobo en el 94. Jugamos el clásico y le ganamos al Pincha. Allí también ganamos una final contra River. La gente empujó tanto como el sábado pasado. El hincha de Gimnasia juega de verdad».
Roberto Perfumo (Olé, edición del 22/11/05):
«Los límites de la absurda sospecha se han ido corriendo. Yo me empecé a desasnar recién en el 94, dirigiendo a Gimnasia. El Pincha peleaba el descenso con Mandiyú, nuestro rival ese día en La Plata. Ibamos 0-0, y en una jugada confusa en nuestra área todo el estadio pidió penal. ‘¿Por qué piden penal para ellos?’. ‘Quieren que Estudiantes se vaya al descenso’, me dijo el masajista. Me sentí un inútil total. Para qué tanto laburo en la semana, pensé… Está mal que el hincha, mediante duras apretadas, trapos en la tribuna o como fuere, le pida al jugador que vaya a menos».
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